miércoles, 10 de agosto de 2011

ORGANIZACIÓN DE LA REPÚBLICA. 1823 - 1830






Una vez lograda la Independencia, después de largos años de guerras (1810 - 1823) y destrucción, los criollos se dieron a la tarea de la organización de nuestro país. Surgieron algunos problemas centrales, como por ejemplo ¿qué tipo de gobierno debería tener el país? ¿una república o una monarquía?, ¿un Estado unitario o federal?, ¿Deberíamos privilegiar un Poder Ejecutivo o un Legislativo poderoso?. Fruto de la inexperiencia política y del retraso cultural, se materializó la confianza absoluta en la Ley como instrumento moralizador y rector de las costumbres.

Se pensaba, utópicamente, que las buenas leyes podrían producir honestos ciudadanos. Esta creencia se manifestó en algunos ensayos constitucionales, como la Constitución “Moralista“ de 1823, que tendía a confundir el derecho con la Moral; las Leyes federales de 1826 a imitación de México y EE.UU., que dividieron al país en ocho provincias, con autoridades tanto civiles como religiosas elegidas por el pueblo, cuestión que resultó en la práctica un fracaso; y la Constitución Liberal de 1828, que tendió a robustecer el Parlamento, en una época en que a todas luces, se requería de un Ejecutivo fuerte.



En esta época también surge con fuerza el fenómeno del Caudillismo. Este concepto se refiere a los jefes militares o civiles que concitaron el apoyo de la opinión pública; muchos fueron demagogos que ilusionaron al pueblo con falsas promesas. Estos caudillos, lejos de solucionar los problemas, los abultaron, ya que se desgarraron en continuos golpes de estado y revoluciones intestinas. La situación económica del país era un desastre. Aparte de los enormes gastos que originaron las guerras de la Independencia, el mercado peruano se cerró por la situación de guerra que se enfrentaba. A pesar de esto, se abrieron algunos mercados en Inglaterra, Francia y EE.UU., pero las características coloniales de la economía chilena se mantuvieron. Excesiva importación, artesanía local sin poder competir con la extranjera, fuga de oro y plata para cancelar importaciones, etc. La agricultura sufrió bastante, ya que los campesinos fueron enganchados como soldados durante las campañas de la independencia. Sólo la minería mantuvo su actividad, ya que por encontrarse en el norte, no sufrió los embates de las guerras de la independencia.



Un capítulo aparte merece el problema de la deuda externa con Inglaterra. Esta deuda se arrastraba desde el gobierno de O´Higgins, ascendiente a $ 5.000.000 de la época. Al no tener fondos para cancelar esta suma, el gobierno de Ramón Freire cedió a la casa de “Portales, Cea y Cia”, el estanco (monopolio) de la venta del tabaco, té y naipes, a cambio de que dicha empresa cancelase en cuotas el empréstito a Londres. Era socio de esta empresa don Diego Portales, influyente hombre público chileno, que al ver fracasado el negocio del estanco, por el estado de desorden reinante en el país, comienza a elaborar su tesis de que sin un orden mínimo, el país no podía progresar.

Las tendencias políticas sólo se expresaban a través de pequeños grupos, que seguían a algunos caudillos o algunas difusas ideas políticas: los pelucones o conservadores, representantes de la más pura tradición colonial; los pipiolos, profundamente imbuidos en las ideas liberales dejadas por la revolución Francesa; los estanqueros, seguidores de Portales y su fracasado negocio del Estanco; los O´Higginistas, que seguían el ideal republicano del prócer; los federalistas, seguidores de José Miguel Infante e imitadores y difusores del modelo norteamericano. El año 1829 se produjo el cuestionado triunfo electoral de los pipiolos, que derivó en la Guerra Civil de 1829, la que puso término al predominio pipiolo, también conocido como Anarquía.

Gobierno de Ramón Freire (1823 - 1826).





Luego de la abdicación de O”Higgins asumió el mando del país una Junta de Gobierno, pero las provincias de Coquimbo y Concepción desconocieron su autoridad. Frente al peligro de desencadenarse la guerra civil, representantes de Stgo., Concepción y Coquimbo firmaron el “Acta de Unión de las Provincias” , especie de Constitución Provisoria, que declaraba a Freire como Director Supremo interino y convocaba a un Congreso Constituyente para elegir las nuevas autoridades y redactar una Constitución.

El nuevo congreso eligió en propiedad a Ramón Freire como Director Supremo de la Nación, que ejerció el mando hasta 1826, período en el cual se aprobó la Constitución Moralista, se abolió total y definitivamente la esclavitud, se concedió el Estanco a Portales, Cea y Cia., y se incorporó Chiloé a la soberanía nacional.

Principales puntos de la Constitución de 1823 (Moralista).
1.Establece los Poderes del Estado: un Ejecutivo ejercido por un Director Supremo, un Legislativo bicameral y un Judicial independiente.
2.Un ciudadano con el título de Director Supremo administrara el Estado con arreglo a las leyes. Durará cinco años en el cargo, pudiendo reelegirse por segunda vez con los dos tercios de los sufragios.
3.“En Chile no hay esclavos y el que pise su territorio por un día natural será libre.”
4.“En la legislación del estado, se formará el código Moral que detalle los deberes del ciudadano en todas las épocas de su edad y en todos los estados de la vida social, formándole hábitos, ejercicios, deberes, instrucciones públicas, ritualidades y placeres.
Entre las medidas adoptadas, destacó el arriendo a una firma particular del Estanco del Tabaco y el secuestro de los bienes del clero regular. Freire resolvió terminar definitivamente con la presencia de las fuerzas realistas en el territorio nacional, para lo cual encabezó una expedición a Chiloé, donde fue derrotado por el gobernador de la isla, coronel Antonio Quintanilla, en el combate de Mocopulli. En 1826 propicia la marcha de una segunda expedición que, tras las batallas de Pudeto y Bellavista, logra la anexión definitiva de Chiloé a la República (Tratado de Tantauco).

La administración de Freire enfrentaba el caos y al desgobierno, no pudo hacer nada más. Hacia 1826, el Congreso, liderado por José Miguel Infante, decidió establecer en Chile un sistema Federal. Freire, cuyas potestades habían sido desconocidas, prefirió presentar su renuncia, antes que aceptar las innovaciones (julio 1826).

Principales leyes Federales de 1826.

1.“La República de Chile se constituye por el sistema federal cuya constitución se presentara a los pueblos para su aceptación”.
2.El gobierno será Ejercido por un Presidente de la República (en ves de un Director Supremo), correspondiendo la primera vez al almirante Manuel Blanco Encalada.
3.Elección de los Gobernadores por las propias provincias, los que durarían un año en sus funciones.
4.Elección popular de los curas.
5.La división administrativa del país será en ocho provincias: Coquimbo, Aconcagua, Santiago, Cochagua, Maule, Concepción, Valdivia y Chiloé (esta fue la ley federal más perdurable).
Tras su renuncia, fue sucedido por Manuel Blanco Encalada, con el titulo de Presidente de la República y por Agustín de Eyzaguirre, en calidad de Vicepresidente (9 de julio de 1826). En esta administración se dictaron la mayoría de las leyes federales. Pero Blanco Encalada, frente a una situación de total desgobierno, decide renunciar poco tiempo después. Luego su sucesor Eyzaguirre, seguirá su mismo camino (el 24 de Enero de 1827).

Gobierno de Francisco Antonio Pinto Díaz (1827 - 1829).

El nuevo mandatario gobernaría en principio con el apoyo de liberales, pipiolos, algunos federalistas, O´higginistas y un sector pelucón. Al derogarse las leyes federales, este bando rompe con el gobierno y pasa a engrosar la oposición. La anarquía y el apoyo de Pinto a los pipiolos le fue restando la colaboración de los pelucones, estanqueros, O'Higginistas e independientes, unidos por el deseo de terminar con el penoso espectáculo de la anarquía que azotaba al país. Las discrepancias entre la coalición gobernante y la “oposición” van ejerciendo presión sobre la política nacional y la elección del nuevo Congreso: en febrero de 1828, se convertirá en un nuevo elemento de discordia entre ambos sectores. Mediantes toda clase de trucos y fraudes, los pipiolos logran una fuerte mayoría, lo que produjo indignación en los sectores opositores que reclamaron la nulidad de las elecciones. El Congreso recientemente electo, nombró una comisión encargada de redactar una nueva Constitución, la que tuvo entre sus miembros a Melchor de Santiago Concha y al literato español José Joaquín de Mora. La nueva Carta Fundamental, promulgada el 8 de agosto, refleja la influencia del texto constitucional español de 1812 y algunas idea federales. La nueva Constitución era la más avanzada en cuanto a los principios liberales y por lo mismo, inadecuada para la realidad cultural, política y social imperante en Chile de ese entonces, amén de insistir en la idea de modelar a las personas de acuerdo a sus principios.

Principales aspectos de la Constitución liberal 1828.

1.La religión oficial del Estado es la Católica Apostólica Romana, con exclusión del ejercicio público de cualquier otra. Nadie será perseguido ni molestado por sus opiniones privadas.
2.El poder legislativo reside en el Congreso Nacional, el cual constará de dos Cámaras, una de Diputados y otra de Senadores.
3.Se elegirá en votación directa a los Diputados, mientras que los Senadores serán elegidos por la Asamblea Provincial.
4.El Poder Ejecutivo será ejercido por un ciudadano, chileno de nacimiento, de edad de más de treinta años, con la denominación de “Presidente de la República de Chile”.
5.Habrá un Vicepresidente que en caso de muerte o imposibilidad física o moral del Presidente, desempeñará su cargo.
6.La función del Presidente y del Vicepresidente durará cinco años. Se elegirán en votación indirecta (los ciudadanos eligen electores y éstos al Presidente y al Vicepresidente). La elección se hará por mayoría absoluta y no podrán ser reelegidos.
7.Se dispone la abolición de los mayorazgos.
8.Todo funcionamiento público está sujeto a juicio de residencia.

La revolución de 1829 y el inicio de un nuevo orden político.

En marzo de 1829 y siguiendo los preceptos constitucionales se procedió a la elección de Presidente y de Vicepresidente, resultando elegido para el primer cargo Francisco A. Pinto. Pero en la elección de Vicepresidente debía intervenir el Congreso, ya que ningún candidato obtiene la mayoría necesaria. El órgano legislativo, de mayoría liberal, procede a nombrar a Joaquín Vicuña como Vicepresidente. La designación del candidato que había obtenido la más baja mayoría, se va a constituir en la causa detonante de la Revolución de 1829. La “maniobra” de los liberales termina por unir a los pelucones, O' Higginistas, carreristas, federalistas y estanqueros, los que se alzarán en defensa de la Constitución. Mientras Portales organizaba el levantamiento en Santiago, el general José Joaquín Prieto, se pone al frente del ejército del Sur y avanzan contra la capital, luego de que la Asamblea Provincial de Concepción acusa al Congreso de quebrantar la Constitución.

El primer combate de la guerra civil se realizará en Ochagavía (diciembre de 1829), formándose una Junta Provisional, de mayoría pelucona. El rompimiento entre Freire y la Junta no tarda en producirse. Freire se declara en rebeldía y la junta llama a la formación de un Congreso Plenipotenciario que elige como Presidente a Francisco Ruiz Tagle, quedando Ovalle como Vicepresidente provisional. Frente a esta situación de incertidumbre, nadie quiere asumir responsabilidades ministeriales. Portales, en abril de 1830, asume como Ministro del Interior, Relaciones Exteriores, Guerra y Marina.





Luego de estas incidencias políticas, la guerra civil termina por decidirse en la batalla de Lircay (abril 17, 1830), a favor de las fuerzas alzadas “en defensa de la Constitución” y contra la anarquía imperante en los últimos años. El grupo vencedor de Lircay era un conglomerado heterogéneo constituido por pelucones, estanqueros, O’Higginistas, liberales moderado e independiente, que terminan por agruparse en torno a José Joaquín Prieto y Diego Portales. En abril de 1831, los Colegios Electorales ratifican dicha fórmula, al elegir a Joaquín Prieto como Presidente y a Diego Portales como Vicepresidente. Este último no acepta el cargo, prefiriendo colaborar desde algún Ministerio.


INDEPENDENCIA DE CHILE 1810 - 1823

La Patria Vieja (1810 - 1814).

La Patria Vieja es un período de enorme importancia para la historia de la formación del Chile independiente, pues en este breve lapso de cuatro años, arraigaron en la sociedad nuevas ideas y se practicaron numerosas reformas (especialmente en el plano político), que rompieron con el pasado y abrieron las puertas para un futuro que en las fases sucesivas, fue siendo construido.





Las nuevas orientaciones se presentaron todavía en pequeña escala en estos años iniciales. Los énfasis fueron cambiando en los años venideros. Entre 1814 y 1829, no se incluyeron contenidos políticos o ideológicos nuevos a los procesos, sino que sólo se amplió y profundizó ese legado. En esta época despierta la idea de tener un gobierno nacional. El propósito de tener un gobierno nacional está implícito en la formación de la Primera Junta y es reafirmado en el reglamento constitucional de 1812, en que se dispone que no tendrá vigencia ninguna orden emanada de autoridad de fuera del país y en que se entrega un reconocimiento condicional a Fernando VII, al establecer que sólo se le reconocería como autoridad legítima si aceptaba la constitución chilena.

La misma intención se aprecia en la creación de un tribunal nacional de última instancia, el Tribunal Supremo Judiciario (1811), en reemplazo del Consejo de Indias. Fue en este período cuando comenzó a difundirse la idea de la soberanía popular (el gobierno debía ser desempeñado por representes del pueblo, seleccionados en votación libre). La expresión más clara de esta idea estuvo en la creación del Primer Congreso Nacional (1811) y en la voluntad de tener un poder legislativo. El constitucionalismo (la idea de que los gobiernos deben regirse por normas fundamentales y permanentes, que regulen el ejercicio del poder y protejan a los individuos), también surge en esta fase. Todas estas ideas liberales coexistieron con la genuina lealtad al rey, produciendo una curiosa mezcla. Pueden distinguirse en el periodo de la Patria Vieja dos etapas: La primera abarca los años de 1810 a 1811. La revolución chilena tuvo en ella sólo un matiz autonomista y reformista. Las principales innovaciones consistieron en el establecimiento de una Junta de Gobierno y de un Primer Congreso, que constituyen procesos institucionales idénticos a las que surgen en España, donde también se forman Juntas y Cortes o Parlamentos. La segunda etapa comprende desde septiembre de 1811; cuando el poder pasó a manos de los exaltados tras el golpe militar de Carrera, hasta que se produjo la restauración en 1814.

En julio de 1810, el Cabildo de Santiago consiguió la renuncia del gobernador García Carrasco en favor de la persona de Mateo de Toro y Zambrano, criollo que ostentaba el título de Conde de la Conquista. Una profusa circulación de pasquines instaba a la formación de una junta; entre ellos sobresalía el “Catecismo Político Cristiano”, de José Amor de la Patria. En medio de un clima de tensión, el establecimiento de la Junta se llevó a cabo, procediéndose en Cabildo Abierto del 18 de Septiembre de 1810, a la elección de sus integrantes, que fueron: Presidente: Mateo de Toro y Zambrano, vicepresidente: José Antonio Martínez de Aldunate, Vocales: Juan Martínez de Rozas, Fernando Márquez de la Plata, Ignacio de la Carrera, Juan Enrique Rosales, Francisco Javier Reina. Secretarios: José Gregorio Argomedo y Gaspar Marín. Principales obras de la Junta de Gobierno Creó nuevos cuerpos militares y reorganizó los existentes. Decretó la apertura de los puertos chilenos al tráfico con todas las naciones, libre comercio; y dictó una Ordenanza de Aduanas. Estableció relaciones con la Junta de Buenos Aires. Por disposición especial se eximió por un año y medio de todo impuesto a libros, planos, mapas, armas, imprentas, instrumentos de física, herramientas y maquinarias. Convocó a un Congreso Nacional. Con posterioridad al “Motín de Figueroa“ la junta disolvió la Real Audiencia.

Congreso Nacional (4 de julio de 1811).

El paso siguiente en el proceso, según el itinerario fijado por la junta, debía ser la elección de un Congreso. El sector realista, que había sido deliberadamente excluido del Cabildo Abierto y luego de la Junta, decidió evitar que el proceso autonomista siguiera adquiriendo profundidad. Planeó un golpe militar para el 1° de abril de 1811, día en que debía efectuarse la elección de diputados. El coronel español Tomas de Figueroa encabezó a los amotinados. Pero fue derrotado militarmente, con lo cual el sector realista fue virtualmente eliminado de la vida política. Desde el mismo instante de la constitución del congreso (4 de julio de 1811), fue posible llevar a cabo reformas en el plano político y social, a pesar de estos avances el grupo de los ochocientos no se mostraron satisfechos con la extrema cautela con la que había actuado el Congreso.

Su disconformidad los llevó a planificar un golpe de fuerza para cambiar la composición del Congreso, para lo que logró el apoyo de algunos militares, los hermanos Juan José, Luis y José Miguel Carrera. En virtud de este golpe, la mayoría correspondió a los exaltados y se aceleró el proceso reformista (Importantes medidas del Congreso Nacional). Se creó el Tribunal Supremo Judiciario, en reemplazo del Tribuna Superior en España. En el orden administrativo, se creó la provincia de Coquimbo. Se dispuso el cese del envió de dinero a Lima para mantener el Tribunal de la Inquisición que ejercía jurisdicción en Chile. Se designó un representante del gobierno chileno ante la Junta de Buenos Aires. La reforma más importante fue la abolición parcial de la esclavitud, también conocida como “libertad de vientres”; por iniciativa de don Manuel de Salas.

El Gobierno de José Miguel Carrera y la Junta de 1813.

Hacia fines de 1811 se produjo la ruptura entre los Larraínes y los Carrera, disgustados por la acción del Congreso que consideraban aún lento en su acción. Querían orientar el movimiento hacia una ruptura definitiva con España. Para lograr imprimir a la revolución mayor vigor, planificaron un segundo golpe de fuerza (15 de noviembre de 1811). A raíz de esta acción, se creó una nueva junta compuesta por José Miguel Carrera, Juan Martínez de Rozas y Gaspar Marín; esta nueva junta sólo encubría la dictadura de Carrera, ello quedó en evidencia cuando sin consulta a la Junta decidió disolver el Congreso ( 2 de diciembre de 1811). El gobierno de José Miguel Carrera entendía que para llevar a buen término sus pretensiones separatistas había que realizar antes una serie de cambios radicales, que fueran abonando el terreno. Varias de sus iniciativas significaron notorios avances.

Principales medidas del gobierno de José Miguel Carrera Fueron creados los primeros emblemas nacionales: Bandera, Escudo y la Escarapela. Se estableció como obligación a los conventos, la mantención de escuelas de primeras letras para varones. Fue dictado el Reglamento Constitucional Provisorio de 1812. Es fundada la Aurora de Chile, el primer periódico nacional, dirigido por Camilo Henríquez. Se recibió al primer cónsul de los EE.UU., Joel R. Poinsett. El gobierno de Carrera, marchó sin serios contratiempos durante 1812, al año siguiente la situación se complicó. En 1813 el virrey del Perú, Fernando de Abascal, preocupado por el hecho de que los antiguos dominios del rey se estaban comportando como naciones independientes, decidió enviar tropas al mando de Antonio Pareja con la misión de restablecer el antiguo orden.

En marzo de 1813 desembarcaron en San Vicente, localidad emplazada en la bahía de Talcahuano. Este hecho dio inicio a las campañas militares de la Patria Vieja, las que alteraron profundamente el desarrollo de la vida política y económica chilena. Ante la invasión, se resolvió designar a Carrera como General en Jefe y formar una nueva Junta integrada por José Miguel Infante, Agustín de Eyzaguirre y Francisco Antonio Pérez. Principales medidas de la Junta de 1813 Fundación del Instituto Nacional, producto de la fusión de los cuatro principales establecimientos educacionales existentes en Santiago: la Universidad de San Felipe, la Academia de San Luis, el Seminario de Santiago y el Convictorio Carolino.

Como complemento a la medida anterior, se funda la Biblioteca Nacional, cuyo primer director fue Manuel de Salas.

Se decretó la libertad de imprenta y comenzó a publicarse un diario oficial el “Monitor Araucano”. Se otorgó cartas de ciudadanía a los españoles que fueran partidarios de la independencia. Se dispuso la creación de escuelas de primeras letras en las localidades con más de 50.000 habitantes. A partir de 1813 los aspectos militares de la vida nacional pasarían a ser los más importantes. Las sucesivas expediciones militares de Pareja, Gainza y Osorio, enviadas por el Virrey del Perú a Chile, probaron a los criollos que la intención de los peninsulares era desconocerles los derechos conquistados.

Principales campañas de la Patria Vieja (1813 - 1814).

Abril de 1813: Yerbas Buenas. Ninguno de los dos bandos obtuvo una victoria definitiva.
Agosto de 1813: Sitio de Chillán a manos de Carrera, pero el invierno actúa en su contra y debió retirarse.
Octubre de 1813: El Roble, Carrera es derrotado y destituido por la Junta. Lo reemplaza Bernardo O´Higgins.
Mayo de 1814: O´Higgins y el brigadier español Gabino Gainza firman el acuerdo de Paz de Lircay, en el que Chile reconoce la soberanía del rey de España y los españoles el derecho de los chilenos para formar Juntas de Gobierno. En un artículo secreto, firmado por O´Higgins y Gainza, se estableció que el militar español no liberaría a los hermanos Carrera para que no perturbaran la paz ni el accionar de la Junta en Santiago.
Octubre de 1814: Los patriotas son derrotados por Mariano Osorio en Rancagua, poniendo fin a la Patria Vieja.

La Reconquista Española (1814 - 1817).

El virrey del Perú aspiraba al sometimiento incondicional de los chilenos y restablecer al antiguo régimen colonial. El cumplimiento de ese objetivo correspondió a Mariano Osorio, quien asumió el cargo de gobernador de Chile. El vencedor de Rancagua ejerció la administración civil y militar del país durante el corto lapso comprendido entre 1814 y 1815 En España los tiempos eran de reacción. Fernando VII había recuperado el trono en 1814 y fueron eliminados todos los cambios inspirados en las tendencias liberales que habían tenido lugar en la península, cuya máxima expresión fue la Constitución de 1812. Sus representantes en América debieron, pues, impulsar la restauración absolutista.

Acciones y medidas del gobierno de Mariano Osorio.

Creación de los Tribunales de Vindicación para juzgar a quienes habían participado en forma activa en el proceso independentista. Creación de la policía política, el batallón de Talaveras a cargo del capitán Vicente San Bruno.

Se abolió la “Ley de Libertad de Vientre”. Se pone término de la libertad de comercio. Clausura del Instituto Nacional, la Biblioteca Nacional y las escuelas creadas bajo dependencia de los conventos. Se devolvió la autoridad al Obispo de don José Rodríguez Zorrilla y se restablecieron los derechos parroquiales Se reabrieron las instituciones que mejor simbolizaban el orden colonial, la real Audiencia y la Universidad de San Felipe. A fines de 1815, Mariano Osorio fue reemplazado por Casimiro Marcó del Pont, quien extremó aún más las medidas represivas.

El Ejército de los Andes.

Mientras tanto, en Mendoza el general José de San Martín, secundado por O´Higgins y Ramón Freire, organizaban y adiestraban al Ejército de los Andes. El plan de San Martín consideraba varias etapas. La primera debía ser la liberación de Chile y luego la prolongación del movimiento hasta el Perú. Las fuerzas realistas eran superiores en número y para paliar esta desventaja se envió a Chile agentes a espiar los movimientos de las tropas enemigas. Asimismo, se les encomendó a los más temerarios organizar guerrillas, cuyo objetivo era dispersar las fuerzas del rey, amedrentando a los españoles y desorientarlos. El personaje que adquirió mayor fama en esta tarea fue Manuel Rodríguez que cumplió con el cometido de dispersar al ejército realista, mediante ataques inesperados en distintos lugares del territorio.

Chacabuco y el fin de la reconquista.

En los primeros días de 1817, el Ejército Libertador de los Andes ya estaba listo para emprender el cruce de la cordillera.

Las dos principales divisiones cruzaron los Andes inmediatamente al norte de Santiago, por los pasos de Uspallata y Los Patos. El grueso de las fuerzas se concentró en el valle de Aconcagua y en la cuesta de Chacabuco. El general O´Higgins libró la batalla decisiva en este último lugar con una sola división, el 12 de febrero de 1817. El triunfo patriota fue completo y las autoridades realistas huyeron al Perú. Así terminaba la Reconquista Española.

La Patria Nueva (1817 - 1823).

Dos días después de Chacabuco, un Cabildo abierto ofreció el mando al general San Martín, quien declinó, y luego al Gral. O´Higgins quien asumió como Director Supremo, cargo que ejerció hasta comienzos de 1823. El nuevo Gobierno debió abocarse principalmente a la lucha contra los realistas que aún dominaban el Sur de Chile y el territorio peruano.

Campañas de O´Higgins en el Sur.

El propósito era destruir las fuerzas realistas que huyeron al sur, fortificándose en Talcahuano a la espera de refuerzos del Perú. El virrey decidió reprimir vigorosamente a los independentistas chilenos. Ante la inminencia de un nuevo ataque desde el Perú, O´Higgins resolvió comprometer a la sociedad chilena con el propósito de la Independencia, para lo cual procedió a declararla el 1° de enero de 1818, en Concepción, y luego, el 12 de febrero, primer aniversario del triunfo de Chacabuco, se procedió a la proclamación solemne de ella en todas las ciudades y villas que se encontraban libres del dominio realista. Él personalmente presidió la ceremonia realizada en Talca. El Brigadier Osorio había desembarcado en Talcahuano a comienzos de ese año, sin ninguna resistencia. El ejército patriota, comandado por O´Higgins y San Martín, fue sorprendido por Osorio mientras acampaba en el llano de Cancha Rayada situado en las proximidades de Talca, produciéndose un desbande general (marzo de 1818). Los días siguientes al severo revés fueron angustiosos. Finalmente ambos ejércitos se encontraron en los llanos de Maipú, a las puertas de Santiago, donde chocaron decisivamente el día 5 de abril de 1818. La victoria fue decisiva quedando sellada la Independencia de Chile.

La expedición libertadora al Perú. Inspirado en el propósito de afianzar la independencia, O´Higgins emprendió con decisión la organización de la expedición libertadora del Perú. A fines de 1818 el comandante Manuel Blanco Encalada fue comisionado para organizar la Primera Escuadra Nacional, siendo al año siguiente reemplazado por un marino escocés, Lord Thomas Cochrane. Antes de iniciar la liberación del Perú, Cochrane capturó la ciudad fortificada de Valdivia, en el sur de Chile (febrero de 1820). En agosto del mismo año zarpó la Escuadra desde Valparaíso, llevando a bordo al Ejército comandando por San Martín, dándose con ello comienzo a una campaña que permitió liberar Lima y el puerto del Callao. Hecho esto San Martín procedió a declarar la Independencia del Perú (julio de 1821) y a asumir su gobierno con título de Protector. Graves problemas de salud y profundas desavenencias con Cochrane y con el libertador Simón Bolívar lo llevaron a renunciar. Entonces Bolívar con sus tropas vino a concluir la liberación del Perú, lo que se logró con las batallas de Junín y de Ayacucho en 1824.

Expedición Libertadora al Perú.

En sus seis años de labor O´Higgins dispuso la ejecución de importantes reformas y obras de adelanto, entre las que se contaron las siguientes:



1.Se creó la Escuela Militar.
2.Se abolieron los títulos de nobleza y se prohibió el uso de escudos de armas, siendo reemplazado por la Legión al Mérito.
3.Se comenzó a publicar la gaceta del gobierno de Chile.
4.Se formó la primera Escuadra nacional.
5.Se dictó la primera Constitución Política en 1818
6.Se reabrió el Instituto Nacional, adoptándose el sistema Lancasteriano de educación.
7.Se reabrió la Biblioteca nacional.
8.Se creó un Mercado de Abasto.
9.Se construyó el paseo público de la Alameda de las Delicias.
10.Se creó el Cementerio General.
11.Se terminó la canalización del canal del Maipo.
12.Se fundaron nuevos pueblos como: Vicuña, La Unión y San Bernardo.
13.Dictación de la Constitución de 1822.
14.Durante su gobierno los EE.UU reconocieron la Independencia de Chile y se hizo un intento serio de reanudar las relaciones con la Santa Sede, enviando a Roma al canónigo Ignacio Cienfuegos.




Abdicación de Bernardo O´Higgins.

Pero la acción gubernativa de O´Higgins le enajenó el respaldo de importantes sectores de la sociedad chilena: los realistas que aún subsistían, el clero, en su mayor parte realista, la aristocracia y los carreristas, que lo acusaban de estar involucrado en el asesinato de los hermanos Carrera y de Manuel Rodríguez. La aristocracia intentó combatir su autoritarismo, sometiéndolo a las limitaciones que siempre impone una Constitución (1818 y 1822). Pero O´Higgins influyera en ambos textos, conservando sus poderes, la disputa pasó a levantamiento. A fines de 1822 el intendente de Concepción, Ramón Freire, comenzó la revolución.
Pronto el movimiento se propagó a Coquimbo, culminando con una movilización de la aristocracia santiaguina en pos de la renuncia de O´Higgins. El 28 de enero de 1823, ante un Cabildo Abierto convocado para esos efectos, debió abdicar. Fue sucedido por una junta compuesta por Agustín Eyzaguirre, Fernando Errázuriz y José Miguel Infante.

ANTECEDENTES DE LA INDEPENDENCIA AMERICANA: FACTORES INTERNOS Y EXTERNOS

Aspectos externos:

Influencia de la Independencia de los EE.UU.


Muchas de las nuevas ideas políticas sobre derechos de los ciudadanos como las libertades públicas, soberanía popular y democracia representativa, fueron llevadas a la práctica en Norteamérica y demostraron de una manera categórica la posibilidad cierta del sistema republicano. En 1776 nace Estados Unidos como república independiente, como resultado de la guerra de liberación por parte de las 13 colonias inglesas en Norteamérica. Las ideas planteadas en su Constitución Política también recogen el legado de la Ilustración. A los ojos de los criollos ilustrados, la experiencia de los Estados Unidos constituía un ejemplo digno de imitarse. Ideas que antes no pasaban de aspiraciones algo quiméricas, demostraron ser practicables en sociedades concretas, y con buenos resultados. Sin embargo, el comportamiento de los Estados Unidos con respecto a la emancipación de las colonias españolas fue prudente; de observación y de un apoyo más explícito sólo cuando éstas tenían su proceso de liberación asegurado.

La revolución Francesa.

La Revolución Francesa es uno de los acontecimientos de la historia occidental sobre los que aún se debate y se expresan opiniones distintas. Desde sus inicios (1789 - 1799) dividió a Europa en adherentes y detractores de la revolución y sus ideales, los que estuvieron presentes en nuestro proceso de organización post independentista.

Las ideas de la ilustración.

América no se encontraba aislada del mundo y los sucesos ocurridos en otros lugares durante el siglo XVIII y principios del XIX influyeron en el proceso de emancipación de sus pueblos. En el siglo XVIII surgió en Europa la Ilustración, un movimiento de ideas críticas contra la monarquía absoluta y la sociedad de la época. Las ideas ilustradas más conocidas, son las relacionadas con la filosofía y la teoría política. La libertad, la igualdad jurídica y el rechazo a los privilegios sociales, formaron parte de los estandartes alzados por este movimiento. Pero su principal aporte radicó sin duda, en la fuerte crítica elaborada en torno al absolutismo monárquico y en la defensa ideológica de un régimen verdaderamente representativo o democrático. En este sentido los ideólogos políticos ilustrados aspiraron a la separación de los poderes del Estado, para conferir un mayor equilibrio entre ellos. Según Montesquieu, el ejecutivo, el legislativo y el poder judicial debían ser ejercidos por órganos diferentes e independientes entre sí, con sus respectivas competencias y fueros. La soberanía popular era contraria al derecho divino de los reyes. Según esta tesis, el poder reside en el pueblo, su legítimo depositario (Locke, Rousseau, Abate Siéyes).

La comunidad, ejerciendo su voluntad soberana, escoge a sus autoridades. A través del pacto o contrato social, gobernantes y gobernados acuerdan las bases de su relación (Locke, Rousseau). El ideario ilustrado llegó a suelo americano a través de distintos caminos. Los viajes de algunos criollos a España y la adquisición de los últimos libros, se transformaron en los medios más corrientes de penetración de estas ideas.

Estas lecturas, a pesar de su circulación restringida ejercieron influencia decisiva en algunos personajes que posteriormente van a desempeñar papeles importantes (José Antonio Rojas, Manuel de Salas, Camilo Henríquez y José Miguel Infante).

Situación de Europa: Napoleón.

Cuando los franceses debieron contener la invasión de sus enemigos, apareció con fuerza la figura de Napoleón Bonaparte. La necesidad de aplacar las rebeliones populares le dieron la oportunidad al joven militar de acceder al poder. Se había destacado en las campañas internacionales del ejército revolucionario. Cuando llegó a París se unió a una conspiración contra el gobierno del Directorio, tomando el poder mediante el golpe de Estado en noviembre de 1799, estableciendo un nuevo régimen: el Consulado y luego el Imperio.

Invasión de Napoleón a España.

Hacia 1808 Napoleón se hallaba empeñado en lograr predominio sobre Europa. El principal escollo con que topaba era Inglaterra. Para debilitarla Napoleón decretó el bloqueo continental, pero Portugal se negó a adoptar la medida, ante lo cual Napoleón resolvió su ocupación militar, la invasión de Portugal debió efectuarse a través de España. Carlos IV dio la autorización para ello, lo que fue aprovechado por los franceses para invadir pacíficamente España. Esta situación provocó la reacción del pueblo español en el “Motín de Aranjuez” (1808). Como resultado de esta movilización el rey hubo de abdicar en la persona de su hijo, Fernando VII. Bonaparte no aceptó el cambio de un rey aliado a uno que le era hostil y dispuso el traslado de la familia real española a localidad de Bayona, en donde quedaron presos, nombrando a su hermano José I como nuevo Rey de España e Indias.

Resistencia Española: Las Juntas, el Consejo y las repercusiones en América.

La acefalía en que quedó el imperio, ante el cautiverio del rey legítimo, llevó a los súbditos de las diferentes ciudades de la península española a formar “Juntas de Gobierno”, mientras durase el cautiverio de Fernando VII. Tal comportamiento político se basaba en la doctrina de que en ausencia del Rey la soberanía vuelve al pueblo, para formar un gobierno provisorio. La necesidad de centralizar los esfuerzos de la resistencia, condujo a las juntas locales a formar la “Junta Central de Sevilla”, y luego el “Consejo de Regencia “, radicado en la ciudad de Cádiz. La lucha contra el invasor fue realizada bajo la bandera del liberalismo. El gobierno provisional introdujo, consecuentemente con su ideario, un conjunto de leyes y reformas, entre las cuales se cuenta la Constitución de 1812. Imbuido en ese espíritu el Consejo de Regencia convocó a una asamblea de todos los reinos que componían la monarquía ( las llamadas “Cortes de Cádiz”), en las que se dio representación a las Juntas americanas. Se enviaron órdenes a América para que cada región designase diputados.

Cuando llegaron las noticias de 1808, la reacción primera fue de indignación por la invasión y el cautiverio del Rey. Pero luego se planteó un conflicto difícil de resolver: frente a la acefalía de gobierno ¿qué es lo que de hacerse? El propio gobierno español alentaba a los americanos a autogobernarse, tal cual ellos lo estaban haciendo, y a realizar reformas liberales, como las que ellos estaban aplicando. Pero los funcionarios españoles radicados en el país y los propios criollos, no estaban tan convencidos de la conveniencia de adoptar ese curso de acción. Luego de las dudas iniciales fueron definiéndose principalmente dos corrientes de opinión. Un sector se definió como claramente monarquista, mostrándose partidario de mantener la obediencia a Virreyes y Gobernadores en América, y al Consejo de Regencia, en España.

Conocidos como los “realistas”, formaban parte de él los funcionarios administrativos y militares del Imperio, la mayor parte del clero, comerciantes y también algunos criollos. Un segundo sector, conocido como los “patriotas”, propiciaba la formación de una junta gubernativa, esgrimiendo los siguientes argumentos:

A) Los dominios americanos pertenecían a la Corona y no a los españoles, por tanto, no tenían por qué obedecer al Consejo de Regencia, que era la voz del pueblo español.
B) Por el cautiverio de Fernando VII, el poder había vuelto al pueblo y éste podía formar el gobierno provisorio que desease hasta el regreso del monarca.
C) Las viejas leyes españolas indicaban la forma de crear organismos de gobierno en ausencia del rey y las mismas provincias de España habían dado el ejemplo al establecer Juntas.

Es importante comprender que al propiciar el establecimiento de Juntas de Gobierno, los criollos no estaban abrigando ilusiones separatistas. Solamente buscaban defender los derechos del rey legítimo y buscaban la aplicación de algunas reformas que satisficieran sus aspiraciones de cambio en algunas áreas. Deseaban también aprovechar la coyuntura para poner término a los abusos y problemas que aquejaban a las provincias hispanoamericanas desde antaño, mediante reformas como la que los propios españoles les instaban a adoptar. Pero el movimiento juntista mantenía intacta su fidelidad al rey. Sólo una fracción minúscula de criollos deseaba la independencia de las colonias. Esta minoría no tuvo actuación política importante en este período y ni siquiera se atrevió a expresar resueltamente sus ideas.

Aspectos internos:

Adquisición de una conciencia criolla.

En el siglo XVII, y más nítidamente en el XVIII, los criollos desarrollaron un fuerte amor por la tierra en que vivían y por la sociedad que la habitaba. Se percibe el desarrollo de un sentido de pertenencia en las crónicas que nos dejaron algunos jesuitas, desde una distancia voluntaria o un destierro doloroso, y que no eran otra cosa que los espejos involuntarios de sentimientos colectivos. A mediados del siglo XVII, el Padre Alonso de Ovalle publica en Roma, su “Histórica Relación del Reino de Chile”. En la centuria siguiente, una serie de crónicas de ese mismo estilo vio la luz. El padre Miguel Olivares escribió su “Historia militar, civil y sagrada del Reino de Chile”; el abate Juan Ignacio Molina, publicó su “Compendio de la historia geográfica, natural y civil del reino de Chile”. De este modo, la vocación por seguir el propio destino, no sólo resultaba del rechazo o del azar. Había un cierto grado de interés por ella como una prolongación del proceso de formación de una identidad nacional.

El malestar criollo.

Durante el período colonial, se había venido acumulando un gran malestar entre los criollos por razones de tipo político, económico, social y cultural. En lo político los criollos se consideraban tanto o más preparados que los peninsulares para ejercer los cargos del gobierno americano, sin embargo, casi todos los nombramientos recaían en españoles. La política económica de la monarquía provocaba también gran rechazo de los criollos, ya que a partir de las Ordenanzas de Libre Comercio decretada por los reyes Borbones, el mercado Americano se saturó de productos importados y, a cambio de ello, salía de América gran cantidad de riqueza. El monopolio comercial, por otra parte, impedía la protección y el desarrollo de la industria americana, en tanto que los criollos se veían obligados a pagar altos y variados impuestos a la corona española. Desde el punto de vista social, los criollos habían adquirido un gran cariño y apego por su tierra, sintiéndose profundamente americanos. El favoritismo y las excepciones que favorecían a los peninsulares provocaban una fuerte antipatía entre los criollos, que se tornaban más sensibles ante las postergaciones de que eran objeto. El descontento se extendía también al ámbito cultural, pues los criollos criticaban también la calidad de la enseñanza, la censura de las obras literarias que llegaban a América y la carencia de imprentas que posibilitaran difundir la cultura a través de libros y periódicos. El malestar de los criollos se propagó durante el siglo XVIII, provocando en algunos lugares levantamientos armados contra las autoridades españolas en América. Algunos de estos levantamientos fueron, por ejemplo, el de los comuneros del Paraguay, el de los comuneros de Nueva Granada (Colombia) y el de Tupac Amaru en el Perú. En Chile surgió la proclama independentista conocida como “la conspiración de los tres Antonios “, en que se vio involucrado don José Antonio de Rojas y dos súbditos franceses. A pesar de que estos alzamientos fracasaron por falta de organización y equipamiento militar, sembraron el espíritu de rebeldía en los pueblos y permitieron saber que era posible derrotar a los españoles en determinadas circunstancias.

Rivalidad entre criollos y peninsulares.

Los criollos solían quejarse durante el período de los Habsburgos del gobierno y la administración; acusaban la ineficacia de un sistema demasiado descentralizado en el que resultaba difícil establecer a que autoridad o institución le competía cada cosa. La administración de justicia era lenta y engorrosa, a causa de lo complicado del sistema procesal. En el siglo XVIII, los Borbones decidieron tomar cartas en el asunto. Reformaron la administración, creando nuevos organismos (Secretaría de Marina, Consulado, Tribunal de minería, Casa de Moneda), nuevos cargos (Intendente y Subdelegados), y se suprimieron instituciones y cargos que no funcionaban bien. Estos cambios fueron peores para los criollos, por lo menos en el corto plazo, pues las modificaciones se tradujeron en pérdidas de influencia y poder. En la segunda mitad del siglo XVIII América fue invadida por centenares de burócratas procedentes de la península. Estos funcionarios ocuparon muchos de los cargos que los americanos, no obstante serles prohibidos por ley, habían logrado comprar u obtener mediante influencias. Se incrementó la desconfianza y el recelo hacia los españoles. Las aristocracias locales comenzaron a verlos como advenedizos, sin compromiso verdadero con América, cuyo único interés era adquirir una riqueza fácil, para luego retornar a España.

Crisis económica del régimen colonial.

En los últimos años del siglo XVIII, se comenzó a gestar en el ámbito económico un sentimiento generalizado de descontento con las políticas de la monarquía Borbónica. Aunque en varios otros aspectos ellas habían significado un progreso, en otros aparecía altamente injusta y abusiva. Un ejemplo fue la modernización del sistema de cobro, para incrementar el rendimiento de los impuestos existentes; asimismo, debieron crearse nuevos impuestos y elevarse de modo importante los existentes. Todo ello provocó gran malestar entre los americanos, que no se sentían cómodos con la idea de tener que sacar dinero de sus bolsillos para costear las interminables guerras que emprendía la metrópolis en Europa.

Ese malestar se tradujo, en algunos casos, en motines o levantamientos, Por ejemplo, en el caso de nuestro país, el establecimiento del Estanco del Tabaco, a mediados del siglo XVIII, provocó serios tumultos entre los agricultores. Idéntica cosa sucedió cuando se subió el impuesto a la compraventa (Alcabalas). La liberalización del comercio (política comercial de los Borbones), provocó el mismo efecto negativo, en el corto plazo, para los americanos. Las mercaderías comenzaron a llegar a América a precios cada vez más bajos, copando prontamente el mercado, y los comerciantes locales terminaron con sus bodegas llenas de productos que nadie quería comprar. Las quiebras de mercaderes se hicieron acontecimientos habituales. Los problemas de los comerciantes se vieron reforzados por el gran desarrollo que alcanzó el contrabando. Este era formalmente una actividad ilegal, pero las autoridades locales no tenían la capacidad para contenerlo, ante los cuales terminaron haciendo vista gorda y dejando actuar con toda libertad a los contrabandistas, lo cual contribuyó a la saturación de productos extranjeros en los mercados. Por último, la liberalización del comercio y, en general, la política económica imperial, afectó negativamente a la balanza de pagos de las colonias americanas. Las economías coloniales se fueron descapitalizando y la escasez de circulante se hizo un mal endémico.

Desarrollo cultural y educacional.

El desarrollo de la cultura en el Chile colonial fue concordante con las características de una población que vivió permanentemente asolada por la guerra, lo que motivaba que no pudieran florecer en forma muy elaborada las diversas artes y ciencias. Por otro lado, se debe considerar el carácter provincial y geográficamente marginal que tenía el país. Se vivía un aislamiento que retardaba la llegada de nuevas tendencias culturales provenientes de Europa. Los hombres de pensamiento ilustrado echaban de menos mayor libertad en todos los aspectos: política, de pensamiento, cultural, comercial, etc.